La noche de Robert Burns- Poemas, whisky y haggis

Soy Marta Sanz, Tu guía en Escocia

La noche de Robert Burns:
Poemas, whisky y haggis

Seguramente ya sabes que me enrollo un montón en mis escritos por lo que, si no tienes tiempo para leerlo, ahora puedes escucharme cuando quieras: en el bus, en el coche, barriendo, cocinando, tan solo dale al play.

No olvides comentarme qué te ha parecido este formato ya que si te gusta lo incluiré más a menudo. 

Un 25 de enero en Edimburgo...

25 de enero de 2018:

Hace menos de un mes la ciudad estaba llena de gente que, sonriente, recorría las casetas del mercado navideño; la ciudad brillaba con luces multicolores; el rojo, verde y blanco eran los colores que predominaban en el aire; los elfos de Santa Claus (y los pajes de los Reyes Magos) iban de un lado a otro con paquetes envueltos y otros sin envolver, intentando que los niños no los vieran; las tiendas estaban llenas y los vendedores nos atraían hacia sus locales con sonrisas, globos, muestras y descuentos…

¡Qué triste se queda una ciudad cuando la navidad ha pasado!

Tras los villancicos, los gritos de alegría en la pista de patinaje y el olor a canela, la ciudad se vuelve más oscura y fría. Pero si alguien sabe cómo hacer que esto sea más llevadero, esos son sin duda los escoceses.

Hoy todo da un giro, la noche se vuelve la más cálida, acogedora y divertida de todo el invierno. Y es que  ¿qué podemos esperar de una noche donde los principales ingredientes son poemas al calor de una buena cenagaitas que pondrán la piel de gallina, agua de vida rebosando los vasos y el humeante haggis sobre la mesa?

Pero, espera, espera… ¡que me adelanto!

Empezaré con lo menos bueno o con lo “malo” (sí, entre comillas) ya que siempre me gusta dejar lo mejor para el final, como si de un buen postre se tratara.

marta-bebe

¿Te suena el nombre de Robert Burns?

Tengo claro que, tal y como has leído ese nombre, has pensado “¡pues vale!” y no tienes ni idea de a quién hago mención. Pero, si te acercas a un escocés y le preguntas sobre quién fue Robert Burns o Rabbie Burns, que es como popularmente se le conoce por aquí, no tardará en esbozar una sonrisa y quién sabe si te acabará recitando aquello de:

Wee, sleekit, cow’rin, tim’rous beastie,

O, what a panic’s in thy breastie!

Thou need na start awa sae hasty,

Wi’ bickering brattle!

I wad be laith to rin an’ chase thee,

Wi’ murd’ring pattle!

“To a mouse” Robert Burns

 

Si quieres escuchar su correcta pronunciación haz click.

Pero ¿cómo te quedarías si te digo que indirectamente conoces a Robert Burns, es más habrás “cantado” uno de sus poemas infinidad de veces? Y hasta aquí puedo leer….

Y, ahora sí, ¿quién fue Robert Burns?

No tiene sentido que te explique lo que se celebra hoy (25 de enero) si ni tan siquiera sabes quien fue.

Voy a compartir algunos datos esenciales para que cuando acabes de leer te den ganas de coger un vaso de whisky y gritar un buen ¡Slàinte Mhath! para celebrar su nacimiento.

Si nos remontamos a unos 258 años atrás, en concreto a la noche del 25 de enero de 1759, Agnes Brown daba a luz, en un pequeño cottage en Alloway, a su primogénito, quien acabó siendo uno de los personajes más queridos por la sociedad escocesa: Robert Burns.  

Robert Burns, retrato de Alexander Nasmyth, 1787

Burns nació en un contexto de cambio:

Por un lado, tras la derrota de los jacobitas en la Batalla de Culloden, los escoceses fueron desarmados para que no volvieran a revelarse. Eso hizo que, al dejar de ser un riesgo, tampoco había posibilidad de que les atacaran, por lo que muchas murallas fueron demolidas, permitiendo que las ciudades se expandieran.

Pero no sólo se expandieron las ciudades, sino que también lo hicieron las mentes. A lo largo del s.XVIII se desarrolla la ilustración escocesa, de la cual surgieron grandes pensadores, filósofos, inventores, etc. Por ejemplo, David Hume, el pensador que llevó el empirismo hasta sus últimas consecuencias; o Adam Smith, economista al que muchos conocen como el padre de la economía moderna (aunque aquí habrá quien diga que no es cierto del todo).

Por el otro lado, en la Escocia de aquel entonces se respiraba un ambiente de pre-Revolución Industrial, ya que encontramos las primeras fábricas en las que se empleaba maquinaría para acelerar la producción. 6 años después del nacimiento de Burns, en 1765, James Watt llevaría a cabo el desarrollo de la máquina de vapor de agua.

Infancia y adolescencia:

Mientras la gente abría sus mentes y cambiaba el mundo, Robert crecía junto al calor del hogar, en una granja en la que se producía queso. A pesar de no tener apenas dinero, Robin (que es como se hacía llamar en esa época) fue educado, junto a otros niños de diferentes familias, por un tutor que les enseñaba a leer y a escribir, aritmética, poesía y a interpretar la Biblia, etc.

Cottage donde nació Robert Burns

 Pues sí, Robin prefería corretear por los campos, trepar por los árboles y escribir canciones sobre sus aventuras antes que estar en clase. Y quién iba a decir que aquello que hacía que su profesor se echara las manos a la cabeza, dándole por un caso perdido, llevaría a Burns a permanecer en la historia para siempre.

Para escribir sus canciones, no solo utilizaba sus propias aventuras, sino que era capaz de encontrar inspiración en su vida cotidiana.

Por ejemplo, Betty Davidson ayudaba en la casa de Burns con los quehaceres del hogar, pero además era una magnifica cuentacuentos. A Burns le encantaban, sobre todo, los de terror, aunque le llegaron a causar grandes pesadillas y le provocó un terrible miedo a la oscuridad. Pero entre las cosas que más le inspiraban se encontraba la dulce voz de su madre Agnes, quien solía entonar esas viejas baladas escocesas.  

Pero seamos sinceros, cuando se tiene el espíritu sensible y poético que tenía Burns, la inspiración la encuentras hasta trabajando. Y así fue como escribió una de sus mejores obras: “To a mouse” (a un ratón), en la cual le habla a un asustado y tembloroso ratón al que le acababa de destruir su nido. Le pide disculpas y acaba haciendo una reflexión de la acción del hombre sobre la naturaleza.

Mama, ¡quiero ser un bardo!:

Burns era un ávido lector y devoraba todo lo que caía en sus manos. Así fue como descubrió “Los poemas de Ossian”una recopilación de historias de guerreros gaélicos. Ossian era un bardo, un poeta que explicaba la historia de su pueblo a través de sus poemas. Ahí Robin lo tuvo claro: ¡Mamá, quiero ser un bardo!

Burns era un adolescente con un sueño imposible, y todos los que hemos vivido los 15-16 sabemos el dramatismo que eso conllevaPero seamos sinceros, estamos a finales del s.XVIII, en el seno de una familia que apenas tiene para sobrevivir, con una vida ligada al campo y el niño va y sueña con ser un escritor de poemas.

Esto tiene pinta de acabar mal…

Y  para complicarlo todo un poquito más, en medio de todo esto, surge el amor. Y en esta ocasión es de manos de una “bonnie lass”, llamada Nelly.

Tras marcharse para mejorar su educación, Robin,  tuvo que volver precipitadamente ya que su familia no podía pagar la renta de la granja.

Parece que los problemas siempre vienen juntos, al poco tiempo Rob se puso enfermo y empezó a obsesionarse con la muerte;  una noche de fin de año su casa ardió y perdió todas sus posesiones en ese incendio; y encima su padre muere.

A pesar de esto, Robert Burns seguía incrementando su fama de mujeriego y lo hacía a pulso protagonizando grandes escándalos, como dejar embarazada a Lizzie sin estar casados. ¡Pero es que lo tenía todo! Era un hombre encantador, moreno, llevaba coleta, escribía poemas y tenía ese acento escocés…

Highland Mary, uno de los muchos amores de Burns que le sirvieron de inspiración

 Por eso no es de extrañar que Jean Armour no tardó mucho en rendirse a los pies de este artista, que fue capaz de hacer de un piojo, que vio en su sombrero, un poema.

Nuevamente, embarazo. En esta ocasión Robert Burns, se iba hacer cargo y se casó en secreto con Jean, con la intención de que ese niño no fuera ilegítimo. Además, pensó en irse todos juntos a Jamaica, donde el podría ganar dinero en las plantaciones. Pero a pesar de querer responsabilizarse, fue un gran escándalo y los padres de ella dijeron: ¡que no! que qué era eso de casarse, en secreto, embarazada, sin testigos con un poeta mujeriego que pretendía llevárselos a Jamaica.

El plan de Jamaica salió mal ya que, a pesar de tener un posible trabajo, Burns, no consiguió el dinero suficiente para comprar el billete, pero quizás no estaba todo perdido…

Hamilton, un buen amigo le dijo que podría vender sus obras y ganar algo de dinero.

Esa idea, fue una brillante idea, cara, pero brillante.

Mientras estaba con la publicación de su libro de poemas, seguía sumando corazones rotos a su lista y nuevamente dejó embarazada a otra muchacha, en esta ocasión a Mary, quien acabó muriendo de una terrible enfermedad.

Tras la publicación de su libro la fama de Burns fue en aumento, eso sumado al nacimiento de los gemelos que tuvo con Jean, hizo que decidiera olvidarse de Jamaica y quedarse en Escocia junto a su verdadero amor. Y así fue como llegó a Edimburgo…

Auld Reekie y el “Adress to a Haggis”:

Auld Reeky, Casa de Jhon Knox , @Wikipedia

A su llegada a Edimburgo, alquilo una habitación en la Old Town. O mejor dicho en la Auld Reekie que era como se conocía a esta parte de la ciudad. Y no era para menos, el humo de las chimeneas lo envolvía todo, la suciedad se acumulaba por las calles y todo empeoraba cuando se llevaba a cabo el Gardy loo que no era nada más y nada menos que el «agua va» de toda la vida.

 en su primera etapa en Edimburgo cuando tan solo escribió un poema, pero ¡qué poema! “Adress to a Haggis”.

¿Que qué es el haggis? Pues aunque hay quien piensa que son unos tiernos y redonditos animalitos que corretean por el bosque, dejame decirte que eso no es así.

El haggis es el plato tradicional escocés realizado a partir de diferentes vísceras del cordero como son el pulmón, el corazón y el hígado, esto se mezcla con cebolla, avena y especias, se suele acompañar de puré de patatas y colinabo. Aquí se le llama: neeps and tatties y…sí ya sé cómo suena, pero… ¡está riquísimo!

Haggis neeps and tatties

Mientras Robert Burns se alojaba en este barrio marginal,  muy cerca, en la New Town donde vivía la alta aristócracia, todo el mundo quería codearse con este nuevo poeta que tanto había marcado en la gente. Burns recitaba sus obras en librerías, cafés… donde tuvo gran influencia en otros potenciales artistas como Walter Scott.

Aunque se encontró que muchos de estos aristocratas pretendían que dejara de escribir sobre vulgaridades como ratones y la vida de la gente humilde y que empezará a escribir en inglés en vez de en escocés.

Pero Burns no pretendía hacer caso ni con lo uno ni con lo otro, si no que decidió emprender un viaje por Escocia  recopilando canciones tradicionales escocesas. Y así es como cae en sus manos una melodía a la cual él le acaba de arreglar la letra dando como resultado una de las canciones más famosas del mundo. 

¿Qué no sabes de cuál hablo?

Pues escucha esta preciosa versión de Dougie MacLean….

Aunque soy consciente de que si no hay gaitas no es lo mismo….

Cuando volvió a Edimburgo se sentía más solo que nunca y viendo claro que esa alta sociedad que ahora tanto lo adulaba no dejaba de ser una falsa apariencia se iba alejando poco a poco mientras sus ideas se radicalizaron.

Clarinda:

Como no podía ser menos, un nuevo amorío surgió. Rabbie no tenía remedio, pero quizás este fue uno de los más especiales. En 1788, en una fiesta del té conoció a una interesante y culta dama, Agnes MacLehose, más conocida como Nancy.

Enseguida conectaron y empezaron un romance secreto, pero ella era una mujer casada y como no podían verse para no levantar sospechas se comunicaban mediante cartas, y por si alguien las interceptaba decidieron ocultar sus verdaderos nombres tras los de Sylvander y Clarinda.

¡Oh! Cuanta pasión se ocultaban entre esas letras… pasión que parece ser que jamás se consumó, o al menos eso se dicen. Quizás el hecho de que Burns no pudo tener físicamente a Clarinda hizo que abrazase a otra dama, la criada de su adorada Clarinda, a la cual dejó embarazada. No es de extrañar que poco a poco esta relación se fuera enfriando.

Y tal y como había empezado acabó.

¡Pobre Clarinda!

Tras esta desilusión decidió ir en busca de su marido a las In

s esta desilusión decidió ir en busca de su marido a las Indias y cuando lo encontró se dio cuenta de que había empezado una nueva vida, con una mujer e hijos. Ella volvió a Escocia donde reemprendió su vida y acabó muriendo ya de mayor.

De este romance surgió otra de las grandes obras de Rober Burns, “Ae Fond Kiss”, haz clic para leer la letra. 

El fin de sus días...

Sus obras se vendían muy bien pero el dinero no llegaba al poeta si no que se perdía entre los intermediarios, por lo que acabó aceptando un trabajo como recaudador de impuestos de aduanas.

Burns no dudaba en exponer públicamente sus revolucionarias y radicales ideas, a la cuales sumó el: libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa, esto hizo peligrar su estabilidad, ya que si tu trabajo es recaudar impuestos para el rey no te puedes alegrar porque hayan decapitado al rey francés.  

Seamos sinceros con semejante vida decir que: “Finalmente Burns asentó cabeza con Jean, gano mucho dinero gracias a sus poemas y acabaron sus días en una buena casa viendo crecer a sus hijos y sus nietos” No le pegaría mucho para un alma bohemia con una vida llena de amoríos, corazones rotos, hijos ilegítimos, poemas y más de una mala decisión.

Finalmente, su salud, la cual había sido bastante débil a lo largo de su vida, le acaba pasando factura. Tras despedirse de los suyos, el 21 de Julio de 1796, con 37 años, caía en el más profundo de los sueños.

La noche de Burns.

Robert Burns tenía esa capacidad mágica de hacer de algo cotidiano algo increíble. En cada una de sus obras te envuelve con sus palabras, te hace vibrar y te emociona.

Convertir un piojo o un ratón en arte no es nada fácil, pero además él le acababa dando un punto de reivindicación increíble.  

Por tanto no es de extrañar que Robert Burns se convirtiera en un referente hasta tal punto que empezaron a abrirse clubs en su nombre por todo el mundo. El primero de estos se abrió en 1801, y es conocido como “The Mother club” 

Emblema

Aquí fue donde el 29 de junio de 1802 se reunieron unos amigos en común de Burns y decidieron homenajear el aniversario de su nacimiento. Sí, lo que puesto bien el 21 ya que se confundieron, pero tras comprobar que Rabbie había nacido el 25 de enero al año siguiente lo celebraron ese día que tocaba.

Su objetivo principal era (y es) “recordar el nombre de Robert Burns y sus escritos y fomentar el interés por la lengua” 

Y esa reunión esporádica se acabó institucionalizando hasta tal punto que hoy es un gran evento que todo buen escocés (y no tan escocés) no ha de perderse.

¿Qué sucede en la noche de Burns?

La celebración de la noche de Burns se puede hacer todo lo compleja que tú quieras, pero según Visitscotland hay unas partes que sí o sí tendrían que estar, las cuales son:

1. LA RECEPCIÓN:

Cuando se realiza la celebración de forma más ceremonial, cuando traen el haggis lo que se hace es recitar el famoso (y dificil de pronunciar y entender) poema de Robert Burns: «Adress to a Haggis». 

2. LA ORACIÓN:

Momento en que todos los invitados son recibidos por el anfitrión, éste dice algunas palabras y se recita el Selkirk grace, que es como una especie de oración.  

3. ¡A COMER!

Se presenta el haggis y antes de abrirlo se recita el “Adress to a haggis”. El uno de los momentos más solemnes de la noche por lo que se puede hacer con toda la pompa que se considere: Por ejemplo, en las cenas más tradicionales se porta el haggis sobre una bandeja de plata acompañándolo de gaitas.  Se recita el famoso “Adress to a Haggis”.  Se brinda y se sirve.

El menú de la noche de Burns consiste en: 

Cock-a-leekie soup: Es una especie de sopa preparada con puerro, patatas y caldo de pollo. Hay quien le añade arroz o ciruelas secas.

– Haggis, neeps and tatties

– Postre: Aunque puede variar uno de los más tradicionales es el  Cranachan.

Cock-a-leekie soup

Haggies neeps and tatties

Chranacha

4. LA SOBREMESA:

Tras la comida, la cual se puede amenizar con música escocesa, se recitarán diferentes obras de Burns. Aunque uno de los momentos más divertidos será el “Brindis a las damas” cuando uno de los invitados recitarán un poema o dará un discurso en honor a las damas de la mesa, siempre en tono jocoso que no ofensivo. Y al cual ellas responderán, también,  de una manera jocosa. Los encargados de recitarlos suele trabajar conjuntamente para que los discursos o poemas se complementen.

El final de la noche de Burns:

Para finalizar la noche, después de haber disfrutado de una deliciosa comida y de haber escuchado poemas y música, se finalizará la velada entre cruzándose los brazos y entonando el famoso “Alud Lang Syne”.

La versión que comparto es menos tradicional, pero los Red Hot Chilli Pipers lo merecen. 

¡Celebra la noche de Burns!

Después de todo lo que te he explicado te han dado ganas de homenajear el nacimiento de tan singular personaje , quien:

  •  Hizo de la destrucción del nido de un ratón una reflexión sobre el hombre y la naturaleza.
  •  Transformó un plato humilde en un poema para recordar.
  •  Tras su muerte sus amigos en vez de celebrar su partida celebraron su nacimiento.

Tienes dos maneras de hacerlo:

Sal a la calle y disfruta:

Después de todo lo que te he explicado te han dado ganas de homenajear el nacimiento de tan singular personaje , quien:

  •  Hizo de la destrucción del nido de un ratón una reflexión sobre el hombre y la naturaleza.
  •  Transformó un plato humilde en un poema para recordar.
  •  Tras su muerte sus amigos en vez de celebrar su partida celebraron su nacimiento.

Tienes dos maneras de hacerlo:

Hazlo tú mismo:

Por otro lado, quizá prefieres celebrarlo en casa acompañado de los tuyos, aquí tienes dos recetas para hacer el haggis, una de ellas es la versión vegetariana.

Por si tienes cualquier duda sobre la velada como cuál es vestuario que deberías llevar, cómo has de preparar la comida, las diferentes partes de la celebración, como amenizar la noche, etc. No te pierdas este manual para la perfecta noche de Burns realizado por Visitscotland. 

Y no te olvides que la música escocesa ha de sonar de fondo, si no tienes ni idea de que puedes poner, aquí tienes esta lista de reproducción para Spotify creada por Visitscotland, encontrarás desde las canciones más tradicionales como el Flower of Scotland hasta una de mis preferidas que es  I’m gonna be de The Proclaimers.

¡Ah! Y no te olvides del ingrediente principal para esta noche que es:

¡Disfrutarla al máximo!

No te olvides de dejar huella

No te olvides dejar un comentario, contándonos si ya conocías a este personaje, o si ya has celebrado la noche de Burns en alguna ocasión. Ah, y cuéntame si te gustaría que incluyese audios en los próximos artículos.


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